sábado, 11 de mayo de 2019

Lola Rose

Ni siquiera como Lola Rose soy yo, ya no estaba disponible el nombre.

En fin solo quería un espacio para escribir ya que hace tiempo no lo hago.

Desde que volví al trabajo no pude ser más feliz, dormir 10 horas diarias, trabajar con mi hiperactividad, seguir en el teatro... aunque estoy en una especie de rehab social, porque aún me siento un poco cansada y no quiero salir.

Me sentía en paz conmigo la mayor parte del tiempo, tranquila y feliz, hasta el día de hoy que he caído en cuenta de que no la he dejado ir del todo, a mi niña (decidí que era niña), le dije que no la olvidaría jamás pero creo que lo estoy haciendo mal.

Es una historia muy complicada que inició hace poco más de tres años, un día llegué a trabajar y supe que estaba embarazada (sólo lo supe), sentí un poco de miedo, pues aunque ya no era una chiquilla, no sabía si estaba lista (alguna vez se está lista?) y pues no tenía una relación con él, así que seguramente mi niña no tendría a su papá, pero ¿¿qué demonios importa?? no puedo explicar la extraña felicidad que sentí desde dentro.

No quise hacerme ninguna prueba aún, pues temía estar haciendo castillos en el aire, pasaron las semanas y seguí negándome, pero ya la podía sentir... hasta que un día vino ese horrible sangrado, quedé en cama retorciéndome de dolor, pero fue más fuerte el dolor de la pérdida que el físico, literalmente estaba tirando mis ilusiones, en pocas semanas ya la amaba demasiado y se estaba yendo...

Tiempo después me hice el eco y no había nada, pensé que el sangrado no sería el fin, pero aunque nunca entiendo las ecografías, claramente no había absolutamente nada ahí, ni un rastro de ella, se había ido, me había dejado. Y como una broma cruel de la naturaleza, hubo epidemia de embarazos a mi alrededor, hasta parada en el tráfico pasaban caminando a mi lado, mis pacientes, mis amigas y compañeras,  vaya hasta mi terapeuta estaba esperando a su primer bebé, ¡y yo completamente vacía! Porque claro, hasta el que pensé era el amor de mi vida, me había dejado (nunca tuvimos una relación formal, pero lo que fuera que teníamos se terminó y nada bien), ese fue el gran error, pensar que mi hija era una ilusión, algo que me amarraba a él y sólo por eso tenía que dejarla ir.

Eso fue en el 2016, con él no volví a tener ningún tipo de contacto, ¿para qué? si ya me dijo que no me quería, pensaba que mi niña hubiera sido un pretexto para seguir teniendo contacto con él, y ya no estaba, entonces era sólo un deseo egoísta, la quería para seguirlo viendo, teniendo una relación aunque no fuera la que yo deseaba, porque finalmente, aunque no viviéramos juntos jamás, él sería por siempre su papá y no se lo podía negar.

Decidí que era tiempo de dejarlo ir, salí con alguien más y tuve un retraso, recordé esa ilusión y el dolor, pero no, no estaba embarazada. A él no había podido olvidarlo aunque intenté reemplazarlo muchas veces, ni a ella. En una meditación apareció mi bebé, y supe que por eso estaba ahí, quería decirme algo pero no sabía qué era, pensé que tenía que regresar con él, pero como dije, jamás nos volvimos a ver.

Finalmente pude olvidarlo, ni yo sé cómo le hice. Igual ayudó el entrar a estudiar una especialidad y no tener tiempo de nada, el dejar de salir con quien sea, teniendo relaciones huecas para llenar un vacío, el empezar a aceptarme y amarme, a darme todo lo que necesito, y hacer las cosas que deseo. Peeero había un pequeño detalle, en el cual no caí en cuenta hasta el día de hoy (bueno ayer porque ya son las 12:59 del domingo).

No había renunciado a mi niña, no la había dejado partir en santa paz. Pensé que no fue real y que sólo había sido un intento de aferrarme a él, así que dejándolo ir, todo estaría bien, pero no, ya no tenía que ver con él, fue algo diferente, el amor incondicional, ese amor de mamá, el vacío que sentí cuando se fue, no saber dónde está su alma, si algún día volverá.

Durante mi especialidad tuve dos compañeras embarazadas, tuvieron a sus hijas y al final otra quedó embarazada. La mayoría de las demás tienen hijos y casi todo el tiempo hablaban de ellos. Yo me enfocaba en lo malo para sentirme mejor que ellas por no tenerlos, inconscientemente fue un deseo de autoconsuelo por no tener a mi niña conmigo. Pensaba que de tenerla, no podría haber estudiado esa especialidad, que no dormiría como acostumbro, que no hubiera podido comprar el carro que tengo, que no tendría dinero para otra cosa, no estaría en el teatro ni parada donde estoy ahora. Así que fue lo mejor que me pudo haber pasado.

Y tal vez lo fue, no culpo a Dios ni a la vida ni a mí misma de lo que pasó, sin embargo no significa que no sienta dolor, este dolor que he reprimido en los últimos meses. Hace una semana vi un documental sobre el cambio climático y pensé en que no quería tener hijos porque el mundo será horrible en el 2040. Unos meses antes pregunté a mis amigos de facebook cuál era la razón por la que se tienen hijos. Presumo que puedo levantarme tarde porque no tengo hijos que me despierten tan temprano. Y antier en un estado de semisueño le dije a Dios que me diera un hijo, terminé de despertarme y le dije que lo olvidara, que estaba inconsciente y no era prudente tenerlo. Antenoche antes de dormir, me preguntaba si hubiera sido una buena mamá y si alguna vez tendría hijos.

Y no me di cuenta de que todo esto fue por este dolor reprimido, ni siquiera lo había notado, hasta que escuché en la mañana ese programa de TV, en la que la niña quedaba embarazada y aunque no tuviera muchos bienes materiales, decía que amaba a su hijo y deseaba lo mejor para él, por lo que lo dio en adopción y después se sintió fatal por no tenerlo en brazos. Y fue ahí cuando sentí esa punzada, ese dolor, esas ganas de llorar que aún no puedo aliviar, porque mi hija no está más y no tengo ni la más mínima idea de si algún día podré volver a sentirlo, si tendré hijos o no. ¿En verdad deseo tenerlos? ¿En verdad estoy tan feliz de no tenerlos?

Sí, me siento feliz en general. Pero no significa que no duela.

Curiosamente estos días he estado con el abdomen hinchado. Quiero decir aunque sea flaca, nunca me he caracterizado por un abdomen plano, pero a pesar del mucho ejercicio que hago, el cuidar mi alimentación (aunque he tenido antojos estos días, una necesidad que no he podido llenar), esta panza no es normal, y tampoco significa que he engordado porque es muy poco tiempo. Y no, no estoy embarazada, no hay manera. Creo que mi cuerpo no olvida el dolor y no la ha dejado ir.